Te escribiré aquello que no sientes, aquello que todavía callas.
Te escribiré sobre tu mirada enardecida vagabundeando en mis ojos palpitantes, de tu pulso tamborileando en mis muñecas y en mis sienes titilantes.
Te escribiré sobre tu boca caprichosa antojándose de mis labios fervientes y tus manos cosquilleando como arañitas locas mi silueta incandescente.
Pero dejaré de escribir después de cada letra, para besarte. Las palabras me sobran si no puedo perderme en el laberinto que inventaste al encontrarme.
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