Querida vida:
Me siento como Pulgarcito; diminuto y dejando restos de recuerdos por el camino como cordones sin atar. O más bien atados uno con el otro para tropezar.
Eres buena maestra; si no me aprendo la lección me la vuelves a repetir. Me caigo otra vez y las heridas se hacen más profundas, dejando cicatriz.
Eres buena maestra; si no me aprendo la lección me la vuelves a repetir. Me caigo otra vez y las heridas se hacen más profundas, dejando cicatriz.
El amor es una enfermedad, es mortal. Te hace batir un duelo a muerte entre la razón y el corazón; y casi siempre que apuestas todo en la misma casilla... Te convierte en perdedor.
Nunca conseguimos hacer nada correcto. A veces nos obligan a elegir sin necesidad... Pero lo peor es cuando vas dejando trozos de ti en el camino, que se convierten en piedras que no puedes pisar, montañas que no puedes escalar y vientos que te impiden andar.
Y yo me pregunto, ¿dónde venden fuerzas para el desamor?
Fdo.: Un niño perdido
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